Al escribir esta nota me pasa eso cuando se desnuda un regalo, la emoción hace que pierda palabras claras en mi cabeza, ustedes me entendieron. Pues bien, hablar de mi experiencia laboral es un tanto entretenido, ya verán, y en esta ocasión hablaré sólo de la experiencia adquirida en los terrenos de la enseñanza del francés los trabajos extracurriculares los dejaré para otro momento. Las primeras víctimas fueron unas niñas y unos adolescentes en una casa de cultura, uy de esto hace 4 años ( como me atreví! ). Algo de suerte tuve porque a una semana de pegar anuncios sobre las nuevas clases se amontonaron ( 3 amigos ) a preguntar, a preguntar y a inscribirse! cosa excelente ya iba a tener a mis conejillos de prueba. La primera clase fueron todos, unos vatos de 18 años que querían preguntarme de michel gondry y alizée ah?. Pronto se incorporaron las niñas acompañadas de su mamá. La tercera clase el chico que me había parecido más interesante había huido L ¿porqué? La verdad no me importó mucho, en ese momento todo era nuevo para mí: los nervios, el humor en clase, las gomitas que me regalaban, el coqueteo de uno de los alumnos. Todo salvo los nervios era nuevo para mí.
¿Además recibir tu participación en forma de monedas por hacer eso?! ¡que gratificante! O se dirá ¿estimulante? una de esas. Luego del coqueteo, se fueron los chicos de preparatoria ah y ahora recuerdo que eran hermanos uno estudiaba para piloto y el otro para cineasta porque los chicos eran niños pudientes y uno me quería pagar con besos, pues no capullo! La verdad no quise saber el “cómo”.